Más sobre el riego

El riego, junto con la luz, son los dos factores fundamentales en el cuidado del bonsái. Pero es importante una dosificación apropiada, ni excesiva, ni insuficiente. Para esto debemos controlar las necesidades varias veces por semana, sobre todo en verano, pero regando sólo cuando la planta lo precise. Procuraremos que, entre dos riegos, la tierra se seque moderadamente.

Las plantas que viven en un maceta no encuentran más agua que la que hay en la maceta. Es por esta razon que debemos de estar muy pendientes para cuando le haga falta agua a nuestro bonsái. La mejor agua de riego es la de la lluvia o la de manantial, es decir la que lleve poca cal disuelta y pocas sales. Es importante, para limpiar las hojas de polvo y para vitalizar los árboles en ambientes secos, rociar de vez en cuando las hojas.