martes, 26 de agosto de 2008

Pregunta Frecuente # 5: ¿Cómo transplantar un bonsái?

A) POR QUÉ TRASPLANTAR
Las raíces de todos los árboles crecen para encontrar el agua y los nutrientes que le son tan necesarios para la vida. Así pues, cuando un árbol crece en una maceta, las raíces van creciendo hasta ocupar la totalidad del espacio limitado. Al mismo tiempo la tierra se va desgastando y pierde la facultad de proporcionar los nutrientes que el árbol necesita. Al regar, notaremos que el agua penetra cada vez con más dificultad en la tierra envejecida. Si levantamos el árbol de la maceta, veremos que las raíces forman un ovillo espeso y enredado. Este será pues el momento de trasplantar.

B) EN QUÉ ÉPOCA HAY QUE TRASPLANTAR
El tiempo favorable para trasplantar suele ser al final del letargo invernal, justo antes de que el árbol inicie su período de crecimiento.

C) CÓMO TRASPLANTAR
Tener bien preparada la maceta, herramientas y tierra que vamos a utilizar, para no tener que interrumpir constantemente el trasplante a la busca de la herramienta perdida. Levantar el árbol de la maceta, quitar la tierra vieja desenredando las raíces ayudados por un kumade (rastrillo pequeño) e incluso el chorro de agua de un grifo o manguera. Recortar aproximadamente un tercio de las raíces. Volver a plantar el árbol con tierra nueva que haremos entrar entre las raíces con la ayuda de un bastoncito, intentando que no queden "bolsas de aire"
Regar bien, hasta que el agua salga limpia por los agujeros del fondo de la maceta.

D) QUÉ TIERRAS SE DEBEN UTILIZAR
Los bonsáis viven bien en tierras granuladas como la Akadama (tierra japonesa de color amarillo, especial para bonsáis) mezcladas con un drenaje como tierra volcánica o arena de río. La proporción varía según las especies, pero en principio la mezcla estándar suele ser a partes iguales de drenaje y Akadama.

E) FRECUENCIA DEL TRASPLANTE
La frecuencia varía según la especie. En general los bonsáis jóvenes crecen más que los bonsáis maduros, y necesitan un trasplante más frecuente. Puede variar mucho la frecuencia de trasplante desde los frutales que se trasplantan por norma general anualmente, a las coníferas que pueden trasplantarse cada 4 a 6 años aproximadamente. Estas cifras son orientativas, ya que hay que observar individualmente cada árbol para saber cuando precisa el trasplante.

F) QUÉ DEBE TENERSE EN CUENTA DESPUÉS DE UN TRASPLANTE
Un trasplante en la época adecuada no supone una gran dificultad para el árbol. Pero hasta que las raíces empiecen a trabajar de nuevo, lo protegeremos del viento y del sol hasta que empiece a brotar, pulverizando las hojas con frecuencia.

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